Cuando se hace uso de fuerzas oscuras o energías de baja frecuencia, tales como el odio, la envidia, el rencor, la ira o la ambición, para beneficio personal que se obtiene haciendo daño a los demás, entonces se dice que se trata de conjuros negativos.
Son varias las causas por las que se realizan los conjuros negativos, por ejemplo, deseo de poder, ambición, obtener beneficio, diversión, baja autoestima, desequilibrio emocional o mental, orgullo, venganza, influencias, despecho e intolerancia, entre otras.
Hay diferentes maneras para efectuar un conjuro, desde una simple mirada o gesto hasta un ritual, dependiendo del grado de poder y experiencia del mago que lo ejecuta, ya que hay quienes los efectúan con mucha facilidad y otros que requieren un mayor esfuerzo. También hay personas que utilizan objetos personales como, ropa o cabello para direccionar la fuerza a la energía del conjurado y que las entidades la reconozcan por su vibración.
El procedimiento para realizar un conjuro inicia con la elaboración de la energía, por medio de un ritual, luego se instruye a las entidades para que la retengan y ser enviada a la persona que se desea (es importante tener bien claro a quien se le enviará) y finalmente se sumerge a la persona en energía que le impide deshacer el conjuro, proporcionándole una especie de sello hermético, que únicamente el mago que lo realizó o alguien con mas poder pueda disolver.
La permanencia del conjuro depende de la orden que se pronuncio en el conjuro, por ejemplo, si el conjuro va dirigido a una persona y a sus descendientes, finalizará en la generación correspondiente.
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